Esta obra fue compuesta para la Fiesta de le Reforma y estrenada posiblemente el 31 de octubre de 1725 (o el 30 de octubre de 1735, según Spitta). Como en la cantata 77, Bach concentra su atención casi exclusivamente en el primer movimiento, uno de los más formidables que jamás escribiera. Pero toda la cantata constituye una expresión ininterrumpida de alegría y gratitud, como lo evidencia la fanfarria para dos trompas y timbales que abre con vehemencia el coro inicial. El resto de la orquesta, dos oboes doblados por las cuerdas, acompañan la fanfarria; y enseguida entra el coro con fuerza no menos arrolladora. Las voces, en sus registros altos, entran separadamente en frases que evocan el esplendor de la Fiesta de la Reforma, y al mismo tiempo traducen las palabras del Salmo 84 elegidas para la ocasión: "El Señor es sol y escudo. Gracia y gloria dará Jehová. No quitará su apoyo a los que son íntegros".

Los restantes movimientos de la obra son un aria para contralto, un coral, un recitativo para bajo, un dúo para soprano y bajo y un coral. "El aria de la contralto cambia el acento jubiloso en acentos íntimos e individuales, no obstante que el texto sigue hablando de la congregación. En el coral emplea Bach de nuevo el tema de las trompas del primer coro, confiriendo así un carácter de unidad a los tres primeros movimientos." (Finscher). Comparados con esta primera parte, las dos siguientes secciones parecen algo modestas. Pero en el breve coral conclusivo, las trompas y los timbales nos remiten de nuevo a la primera parte de la cantata, mientras el coro expresa las palabras del himno: "Consérvanos en la verdad. Danos la libertad eterna para que podamos glorificar tu nombre por siempre".