Bajo el título de "Ven, Salvador de los gentiles", compuso Bach las cantatas que aparecen catalogadas con los números 61 y 62. La primera es del período de Weimar y se estrenó en esta ciudad en 1714. La segunda fue compuesta en Leipzig 10 años más tarde. Ambas son para el primer domingo de Adviento y se inspiran por lo tanto en la alegre expectativa propia de esos días que preceden a la Navidad.

La cantata 62 consta de seis movimientos: coro, aria para tenor, recitativo para bajo, aria para la misma voz, recitativo para soprano y contralto y coral. El primero es una fantasía sobre la traducción al alemán del himno latino "Veni Redemptor genitum". Después de una introducción orquestal en donde los oboes, la trompa, las cuerdas y el continuo evocan la Natividad, las sopranos primero y luego las otras voces cantan en canon la melodía del himno. Los movimientos II a V se basan en paráfrasis del himno luterano del mismo titulo. El aria del tenor es un canto de amplio diseño y carácter afable, al que apoyan los oboe y las cuerdas. El recitativo del bajo se inicia majestuosamente sobre las palabras "Así, el Hijo viene del trono y la gloria de Dios". En el aria del bajo, "Lucha y vence, héroe poderoso", el Cantor emplea con ligeros cambios el tema con que había ilustrado la cantata 80: el de la estrofa del coral de Lutero "Nuestra fuerza nada puede, es el héroe elegido por Dios el que combate por nosotros". Se trata pues de expresar la "fuerza", la "lucha" y el "tumulto". Las cuerdas altas doblan al continuo en este movimiento que, con la regularidad de su línea melódica, pinta la incontenible marcha del León de Judea. Después del recitativo de la soprano y la contralto, que tiene la ingenua poesía de un canto navideño, la obra concluye con un himno de alabanza que, como en la cantata 61, confirma la feliz promesa del Adviento.