Esta obra fue escrita para el lunes de Pascua de 1736. El Evangelio del día (San Lucas 24/ 13 a 35) habla de la aparición de Jesús resucitado a dos de sus discípulos en el camino a Emaus. Como temen que Jesús parta, le suplican: "Permanece con nosotros porque se hace tarde y el día ya ha declinado". El desconocido libretista se ajusta estrechamente al pasaje evangélico, si bien convierte la súplica de los dos hombres en un gesto religioso de alcance más universal: es la humanidad la que eleva su plegaria, para que el Señor permanezca a su lado cuando comience la edad de las tinieblas.

La primera parte del coro inicial, que reaparece al final del movimiento modificada y resumida, expresa los vagos temores que asaltan al corazón del hombre. Bach forma aquí un trío de dos oboes y un oboe da caccia, y un segundo trío de dos violines y viola. Mientras los instrumentos de madera entonan una melodía llena de dulce tristeza, los de cuerda la acompañan con notas bajas repetidas que traducen el cansancio y el agobio. En el episodio central (Andante) Bach musicaliza el mismo texto, pero se sirve del contrapunto para aumentar el dramatismo. Los restantes movimientos son un aria para contralto, un coral para soprano, un recitativo para bajo, un aria para tenor y un coral. El. aria de la contralto, con oboe de caza obligado, es igualmente de gran fuerza expresiva y utiliza audaces armonías en la descripción de las sombras crecientes. En el primer coral la soprano canta el himno "Permanece con nosotros, divino maestro", sobre brillantes figuras del chelo piccolo. El aria del tenor, conmovida y ansiosa, expresa una vez más la aprehensión. Y es sólo al final del coral conclusivo, basado en un texto de Lutero, cuando Bach acude a la tonalidad mayor para decirnos su confianza en el corazón del hombre.