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Cantata 22: Jesúa reunió a los doce apóstoles | Kantata 22: Jesus nahm zu sich die Zwölfe |
Cantata Religiosa Compuesta en Cothen |
Bach llega a Leipzig, donde acaba de ser nombrado cantor de Santo Tomás, a comienzos de 1723. Regresaba así al campo que le era propio: el de la música eclesiástica. Por lo pronto, y puesto que sus deberes como cantor van a consistir principalmente en la composición de cantatas, presenta dos ( Nos.22 y 23) como muestra de su arte. Escritas en los últimos días de su permanencia en Cothen, están destinadas al domingo de Quincuagésima (Estomihi), ya que ese día, 7 de febrero, se debía ejecutar en Santo Tomás la cantata de prueba. Al parecer Bach compuso primero la 23; pero ante el riesgo de que las autoridades y vecinos de ciudad la encontraran demasiado difícil, decidió componer una nueva cantata, la 22, más sencilla y en cierta forma más ortodoxa. Se presume sin embargo que a última hora cambió de opinión, y ambas cantatas fueron interpretadas aquel 7 de febrero como una obra en dos partes.
Las dos cantatas se refieren a un pasaje de la lectura del Evangelio del día (San Lucas 18/31-43) que evoca la resolución de Jesús de encaminarse a Jerusalén donde será crucificado; y rememora también la curación de un ciego que encuentra en el camino. La cantata 22 comprende la primera parte del relato. Comienza con un arioso para tenor y bajo, con intervención del coro en la parte final, arioso que musicaliza los versículos 31 y 34, que dicen: "Dirigiéndose Jesús a los apóstoles, les dijo: subamos a Jerusalén, y se cumplirán entonces todas las cosas escritas por lo profetas acerca del Hijo de Hombre...Pero ellos nada sabían de esas cosas, y no entendieron lo que se les decía". El cuadro es pues de confusión y tumulto; y en su traducción musical vemos un bello ejemplo del arte descriptivo de Bach. Los restantes movimientos son: aria para contralto, recitativo para bajo, aria para tenor, y coral. En la primera aria la contralto, apoyada en el adolorido canto del oboe, suplica a Jesús que le permita acompañarlo para compartir su sacrificio. El aria del tenor es un canto de alabanza en el que Bach estiliza, como en muchas de sus obras instrumentales de Cöthen, elementos de danza. El coral conclusivo se basa en una estrofa del himno navideño "Jesús, hijo unigénito de Dios". La parte orquestal emplea los mismos instrumentos del arioso: oboe, cuerdas y continuo.
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