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Cantata 20: Eternidad, terrible palabra | Kantata 20: O Ewigkeit, du Donnerwort I |
Cantata Religiosa Compuesta en |
En su coral "Eternidad, terrible palabra", de 1642, el músico y poeta alemán Johann Rist nos presenta un cuadro aterrador de la muerte y el castigo. Este himno debió ejercer sobre Bach una especial fascinación, ya que lo empleó en dos de sus cantatas: la No. 20, de 1724 y la 60, de 1732.
La 20 está escrita para contralto, tenor, bajo, coro, trompeta, tres oboes, fagot, cuerdas y continuo, y se divide en dos partes, de siete movimientos la primera y de cuatro la segunda. Los movimientos primero, séptimo y undécimo se basan en el texto de Rist, y los restantes en las versiones que que del mismo texto hizo un autor desconocido. Destinada al primer domingo después de la Trinidad, se estrenó en la iglesia de Santo Tomas el 11 de junio de 1724. El libreto tiene escasa relación con el Evangelio del domingo, la parábola del hombre rico y el pobre Lázaro. El ponerlo en música, Bach quiso valorar la circunstancia de que ese día se iniciaba su segundo año como cantor de San Tomás, y una de las formas para hacerlo fue componer, como primer movimiento, una solemne fantasía coral en forma de obertura francesa. Es decir, un trozo compuesto de dos partes lentas y sencillamente armonizadas que enmarcan un episodio central rápido y polifónico.
Los restantes movimientos de la obra son: recitativo y aria para tenor, recitativo y aria para bajo, aria para contralto, coral, aria para bajo, recitativo para contralto, dúo para contralto y tenor y coral. En su mayor parte son páginas concisas, especialmente los tres recitativos, que Bach concibe en el estilo del recitativo "secco" de la ópera italiana. También son breves las cuatro arias y el dúo, que por su carácter y distribución instrumental contrastan entre sí. En la primera parte de la cantata predomina un tono sombrío, con excepción del aria del bajo en la que tres oboes entonan un amable aire de danza. El aria del bajo con que se inicia la parte segunda es música exultante. Su parte instrumental prescribe una trompeta, tres oboes, cuerdas y continuo. Ambas partes terminan con el mismo sencillo coral, aunque con textos diferentes. El del coral conclusivo resume el sentido general de la obra. Inicialmente repite las palabras del primer coro, "Eternidad, terrible palabra, espada que el alma atraviesa, comienzo sin fin, tiempo intemporal". Y enseguida agrega: "Mi tristeza es tan grande que vago y no encuentro el camino. Recíbeme si tú lo permites, Señor, en tu dulce morada.
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