Considerado no sólo como un excelente organista (acaso el mejor de su tiempo) sino también como una de las primeras autoridades en la construcción de órganos, Bach era requerido con frecuencia en ciudades y pueblos de Alemania para que emitiera su dictamen sobre algún nuevo instrumento. El dos de noviembre de 1723 hubo de inaugurar en la vecina aldea de Störmthal el nuevo órgano de la iglesia. Y para esa ocasión preparó esta nueva cantata para soprano, tenor, bajo, coro y una orquesta de tres oboes, fagot, cuerdas, órgano y continuo.

En esta vasta composición en dos partes y 12 movimientos utilizó, como otras veces, material musical de una obra anterior. En esta caso, la cantata de congratulaciones BWV 194a, escrita en Cöthen antes de 1723 para la casa real de Anhalt-Cöthen. A la nueva cantata Bach transfirió, como lo había hecho en la versión original, la forma y la expresión de la obertura orquestal francesa, tan popular en la primera mitad del siglo XVIII. A tal concepción, insólita en una cantata, obedece el coro de apertura. Y las cuatro arias, al igual que en las suites francesas, son movimientos de danza: la primera (III) está escrita como pastoral; la segunda (V), como gavota; la tercera (VIII) como jiga, y la cuarta (X) como minué.

El anónimo libretista imprimió a cada una de las estrofas un tono de himno, el más apropiado para el carácter solemne de la consagración del órgano. Así, basado en diferentes pasajes bíblicos, concibió un tema autónomo que se desarrolla alrededor de la manera oportuna de rendir homenaje a Dios. Y en concordancia con ello, el texto invita a la glorificación, a la acción de gracias y a la alegría ((movimientos primero y séptimo), a la "ofrenda de nuestros labios" (movimiento segundo), y también a la ofrenda de nuestro himno (movimiento cuarto). Es decir, un plan general parecido al que encontramos, por ejemplo, en las cantatas compuestas para celebrar unas bodas o la elección de un nuevo concejo municipal.

Cada una de las dos partes se divide en 6 movimientos y concluye con un coral. El primero de estos corales se basa en el himno de Johann Heermann "A tí clamo, Dios verdadero", de año 1630. Y el segundo utiliza dos estrofas del himno de Paul Gerhardt, "Despierta corazón mío, y canta".