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Cantata 184: Deseada luz de alegría
Kantata 184: Erwünschtes Freudenlicht
Cantata Religiosa Compuesta en Leipzig

Para el martes de Pentecostés de 1724 compuso Bach esta obra, en la que utilizó material de una cantata profana: la 184a, cuyo texto se ha perdido y que, según lo pudo demostrar Hans-Joachim Schulze, fue compuesta en Cöthen para el día de Año Nuevo de 1721. La parte vocal de la 184 prescribe tres solista (soprano, contralto y tenor) más un coro final en el que intervienen, en dúo, la soprano y la contralto. La orquesta comprende dos flautas, violín solista, cuerdas y continuo.

En el libreto, Bach emplea dos textos bíblicos. El primero, tomado del Evangelio según San Juan, se refiere a la parábola del redil y a Jesús, el buen pastor; el segundo pertenece a los Hechos de los Apóstoles y evoca la predicación del Evangelio en Samaria, la ciudad señalada para recibir la palabra de Dios.

La Cantata se divide en seis partes y comienza con un recitativo para tenor. Esta amplia declamación, acompañada de las flautas, constituye un cuadro de serenidad pastoral. Jesús, el buen pastor, irradia su espíritu sobre su rebaño; enseguida imparte su protección al pueblo elegido; y cuando al final le infunde aliento, la declamación se convierte en arioso. En las dos arias (II y IV), los ritornelos instrumentales se prolongan a menudo en las partes vocales. La primera aria es un dúo para soprano y contralto. Su ritmo de danza y el gozoso acompañamiento de las flautas y las cuerdas, revelan el origen profano de la cantata. La segunda, que surge después de un recitativo, es un aria para tenor que, con el acompañamiento del violín solista, canta la futura felicidad que los creyentes han de encontrar en el cielo. Viene luego un coral basado en la estrofa octava del himno de Anarg von Wildenfels "Oh Señor, tu divina palabra". Pero la obra no finaliza con este coral., como era de esperarse, sino con un coro. Es éste, en opinión de Murray Young, uno de los mas grandes coros de Bach; las flautas al unísono y las cuerdas, sobre un ritmo de gavota, adornan la melodía de manera exquisita mientras el coro canta al buen pastor, dispensador de consuelo.



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