Estrenada en uno de enero de 1724, día de la Circuncisión, se divide en seis movimientos: coro, recitativo para bajo, aria para bajo y coro, recitativo para contralto, aria para tenor y coral. La parte instrumental incluye dos oboes, trompa da caccia, cuerdas y continuo. Aunque el texto se refiere a la lectura del Evangelio de ese día, Bach da menos importancia a este aspecto del mensaje evangélico y convierte la cantata en un himno de agradecimiento al Señor por los dones recibidos. Dice Alfred Dürr que la composición muestra cómo Bach, enemigo de cualquier esquematismo, procura dar a cada obra particular su nota característica. Si el libretista no había previsto la participación de un coro sino en el movimiento inicial, Bach le confía por el contrario importantes pasajes de la primera aria, como también el coral conclusivo; y logra dar la impresión de un conjunto que reúne, en un todo homogéneo, ideas musicales y palabras bíblicas.

Las palabras alemanas del Te Deum, "Señor, te alabamos", son la base del breve y radiante coro de apertura, en el que las sopranos y la trompa, con el tema el himno, se oponen a las restantes fuerzas sonoras. El mencionado tercer movimiento, para bajo y coro, que lleva el nombre de "aria" (sin serlo en el sentido convencional de la palabra), es una compleja fuga de expresión jubilosa. Después del segundo recitativo se sitúa la única aria propiamente dicha y, con ella, el paso brusco del júbilo a la actitud personal e íntima de la plegaria.